Un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos encontró a un niño migrante quien con lágrimas en los ojos se acercó a él para pedirle ayuda, luego de ser abandonado por el grupo con el que viajaba.
El menor fue abandonado en una zona desértica de Texas, donde pasó toda la noche a merced de las inclemencias del clima y de ataque de animales salvajes.
“Yo venía con un grupo y me dejaron botado y no sé dónde están”, le dice el menor al policía de la Patrulla Fronteriza.
Al ser cuestionado por el agente sobre si alguien lo mandó a pedir auxilio, el niño respondió que no, que él acudió ante el temor de ser robado o secuestrado.
“Yo vengo por que si no por donde me voy a ir y también… me pueden robar, secuestrar “, dice el menor que llora desconsolado.
Esta es una realidad que padecen los niños migrantes que viajan sin compañía desde países de Centro América a Estados Unidos huyendo de problemáticas como la inseguridad y la falta de oportunidades.
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